Raymundo Riva Palacio
Incansables, los ejecutivos de Walmart México decían en abril que las acusaciones publicadas en The New York Times sobre prácticas corruptas como procedimiento para conseguir permisos para abrir tiendas como margaritas, estaban sujetas a investigación. La subsidiaria mexicana no tenía nada más qué decir, porque según ellos, colaboraban plenamente con las autoridades. Este lunes, sin embargo, el mismo Times los pintó no sólo como mentirosos, sino como unos “corruptores agresivos y audaces”. No fue un caso aislado donde fueron víctimas de voraces funcionarios públicos, sino arquitectos de una red de corrupción que les permitió 19 las tiendas. Cuando el periódico publicó en abril que habían repartido 24 millones de dólares en México, Walmart escogió una estrategia de silencio hasta que las cosas se evaporaran. Pomposos y presuntuosos, los ejecutivos de Walmart, se escondían tras las faldas de su casa matriz en Arkansas.