sábado, febrero 14, 2009

Cinco causantes de la crisis

Si me engañas una vez, tuya es la culpa; si me engañas dos, es mía.

Anexágoras

UN EJERCICIO PERIODÍSTICO
del muy prestigiado diario británico The Guardian (26-I-2009) en el que ubica a los 25 causantes de la crisis financiera económica mundial –la encabeza Alan Greenspan, but of course--, me inspira a elaborar aquí una de menor envergadura, apenas cinco, de quienes en nuestro país nos han conducido a la debacle. Son sólo pinceladas de un cuadro de horror que merecería ser mejor pintado:

1) Miguel de la Madrid Hurtado. Fue durante su mandato que en el país se impusieron políticas de las que más tarde se diría fueron surgidas del Consenso de Washington, con las consecuente pérdida de soberanía: Disciplina fiscal, reordenamiento de las prioridades del gasto público, reforma impositiva (IVA), liberalización de las tasas de interés, tasa de cambio competitiva, fallida liberalización del comercio internacional (no ingreso al GATT), liberalización de la entrada de inversiones extranjeras directas, privatizaciones, desregulación, y un crecimiento incontenible de la corrupción, pese al motto de campaña "renovación moral de la sociedad".

2) Carlos Salinas de Gortari. Ampliación hasta el absurdo de las políticas antes enlistadas, a las que se sumaron la eliminación de subsidios a los más pobres –a cambio de programas asistencialistas, con tufo político-partidario— y más y más subsidios a los ricos, a quienes prácticamente se regalaron bancos y empresas que no supieron manejar y a las que, por supuesto, saquearon. Populismo. Más y más corrupción. Ingreso del país a la transnacionalización del comercio, acabando con ello de un golpe con las actividades agrícolas y pecuarias. Demagogia. Inestabilidad política –asesinatos de Posadas, Colosio y Ruiz Massieu), estallido de una guerrilla simbólica, pero de cualquier forma desestabilizadora. Corrupción y más corrupción. Manipulación de las cifras económicas y financieras que condujeron al "error de diciembre". Más y más corrupción.

3) Ernesto Zedillo Ponce de León. Mayores dosis de políticas neoliberales. Transformación de la deuda y saqueos de los banqueros a deuda pública (Fobaproa, Ipab) que aún pagamos los contribuyentes. Más y más corrupción (pactos con el crimen organizado incluidos). Remate a precio de ganga de los últimos bienes nacionales (ferrocarriles, por ejemplo, de cuyos adquirientes es hoy socio o, en el peor de los casos, empleado). Más y más corrupción. Desaparición total de la Conasupo. Adelgazamiento del IMSS. Más populismo. Entrega del poder presidencial, en una suerte de alternancia pactada con Estados Unidos, a quienes no estaban preparados para recibirlo y menos para manejarlo, cual han demostrado con creces los dos últimos encargados sexenales del Ejecutivo. Más y más corrupción.

4) Vicente Fox Quesada. Demagogia. Populismo. Pura mercadotecnia. Continuidad de las políticas neoliberales, en detrimento del poder adquisitivo de las extenuadas clases medias. Corrupción desbocada al infinito. Frivolidad. Pereza para siquiera intentar hacerse de los controles de la Administración. Ingobernabilidad. Incultura. Entrega del sector eléctrico a la iniciativa privada, sobremanera a la española. Pactos o quizá hasta sociedades con el crimen organizado. Imposición de caprichos personales por sobre el marco legal (desafuero de AMLO). Más y más corrupción. Desorden en el gabinete con el que debería trabajar. Intromisión clara y abierta en los procesos electorales. Más incultura y, por supuesto, más y más corrupción. Polarización de la sociedad. Crecimiento desmedido de las actividades ilegales, las del narcotráfico entre otras.

5) Felipe Calderón Hinojosa. Dislocamiento del marco de legalidad al arribar abrupta e ilegítimamente a la primera magistratura. Conformación del equipo económico más bizarro –no el mejor-- del mundo, mismo que además está confrontado entre sí. Corrupción desbocada. Prolongación de la aplicación de las políticas neoliberales (IETU, desmantelamiento de la seguridad social en el ISSSTE, apertura parcial de Pemex al sector privado, sobremanera al extranjero). Subsidio al dólar. Falta de aplicación de la mínima regulación en los sectores financiero y de telecomunicaciones. Más corrupción…

Son apenas pinceladas, reitero. Y son sólo cinco los aquí identificados cual creadores de la crisis –sobre otras crisis que arrastramos— que, "sin ánimo de ser catastrofista", apenas empezamos a padecer.

¿Por qué sólo cinco, si ahí están Miguel Mancera, Guillermo Ortiz, los capitostes de la banca extranjera, los empresarios de monopolios como el harinero, tanto de trigo como de maíz; de las telecomunicaciones; et al? Pues porque nuestro país es eminentemente presidencialista, casi monárquico. Todo gira en torno a quien ocupe Los Pinos. Sólo por eso. Nada más.

Índice Flamígero: Justo al mes de haber retornado a la radio, Carmen Aristégui dio ayer un muy buen "golpe" periodístico, al divulgar la grabación accidental de una conversación de Luis Téllez en la que se escucha decir al ahora titular de la SCT que "(Carlos) Salinas se robó la mitad" de la partida secreta. No es poca cosa. Sobre todo ahora que el PRI dice volver a contar con la mayoría de los votos de los mexicanos.

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