martes, febrero 17, 2009

Carlos Slim: el magnate de los medios, es evasivo con la prensa

El Periódico / Guatemala (Especial para RMX)

Es el hombre más rico de México. El segundo más acaudalado del planeta (según Forbes, su fortuna, estimada en US$60 millardos, lo ubica por detrás tan sólo de Warren Buffet). Gran parte de su caudal tiene como base las comunicaciones. Sin embargo, en un perfil publicado ayer por el diario estadounidense The New York Times a Carlos Slim Helú se le critica por su díficil relación con la prensa.

Slim, narra Marc Lacey, reportero del diario del cual el mexicano es dueño del 6.9 por ciento de acciones, convocó a un grupo de corresponsales extranjeros a un almuerzo el año pasado. Todo iba bien (se le cuestionaba sobre tendencias de negocios) hasta que uno de ellos insistió en preguntarle cómo se sentía valer tanto en un país “donde mucha gente batalla para seguir adelante”.

El magnate cortó la entrevista. Defendió el liderazgo de su emporio y dejó claro que ese tipo de cuestionamientos no van con él. La relación del mexicano con los medios se puede describir como compleja: invierte millones en prensa y televisión, pero prefiere que a él lo dejen el paz.

The New York Times no pudo entrevistarlo para el perfil publicado ayer. Su vocero y yerno, Arturo Elías, fue quien comunicó que Slim, un viudo padre de seis hijos, declinaba conversar con el diario.

En México, la presencia de Slim se siente en casi todos los ámbitos, pero no es del tipo de persona que toma un teléfono y amenaza a quienes publican o dan a conocer algo que no le parece. Sus vastos recursos se traducen como parte de una maquinaria que parece estar bien engrasada, en que la cobertura que se le haga no sea tan crítica.

Así, el veterano periodista mexicano Raymundo Riva Palacio recordaba cómo, luego de tildarlo monopolista en el diario El Universal, un asesor de Slim amenazó con dejar sin pauta al medio.

El problema se resolvió sin mayor complicación. Arturo Elías aseguró que su suegro no actuaría jamás así: “somos importantes anunciantes, pero eso no nos da derecho a entrometernos con la línea editorial de los medios”, aseguró.

Raúl Trejo, catedrático de periodismo de la Universidad Autónoma de México coincide en que no es el magnate el que dicta cobertura. Para Slim, según dijo Elías, invertirle US$250 millones a The New York Times es un asunto de negocios. Algunos creen que todo forma parte de una estrategia para vincularse a nivel global con una marca conocida.

Slim es enigmático. Llega con mucha frecuencia a eventos solo, y cuando se dirige a la prensa a veces parece más ser un dueño de un pequeño negocio que el dueño de Telmex y Sanborns. “Ademas, aquí le damos cobertura a personas muy malas y a egos muy grandes. Slim, a pesar de todo, no es tan malo”, concluye Riva Palacio.

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